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jueves, 13 de septiembre de 2012

Queridas familias:
Al inicio de un nuevo curso, desde el Centro Alén, queremos saludaros y haceros llegar nuestro apoyo, además de ponernos de nuevo a vuestra disposición  para lo que podáis necesitar.
En breve, os enviaremos la propuesta formativa del Centro para este año, así como los nuevos programas, profesionales y recursos que se pondrán en marcha.
Mientras tanto, os hacemos llegar información sobre la charla sobre adolescencia y adopción que organiza la Asociación Manaia,con la que colaboramos estrechamente.
La conferencia será el viernes 14 de setiembre en la Fundación Paideia. Os rogamos que divulgeis esta información a quien consideréis que sea pertinente.


Os animamos a todos a participar, a mostrar vuestros acuerdos y desacuerdos con lo expuesto, para ir construyendo y descubriendo juntos.

Recibid un cariñoso saludo del equipo de Alén.



Charla coloquio:

"PÁSALLES A TODOS OS ADOLESCENTES OU É PORQUE É ADOPTADO?
DIFICULTADES E RETOS NA ADOLESCENCIA DAS PERSOAS ADOPTADAS"
Ponente: ISABEL AZCONA EMA

Organiza: MANAIA Asociación Galega de Axuda á Adopción
As persoas adoptadas teñen que enfrontar, na adolescencia, o mesmo proceso de construción da súa identidade que calquera adolescente.
Pero, neste caso, aparecen algúns aspectos relacionados coa súa orixe e o seu abandono que teñen que tratar de resolver e que, ademais dunha dificultade engadida, supón unha oportunidade para integrar estes aspectos na súa vida actual e na súa relación coa familia adoptiva.


En A CORUÑA o venres 14 de setembro ás 20:00 horas  no salón de actos da FUNDACIÓN PAIDEIA.

Colabora: Centro Alén http://www.centroalen.org
Non contaremos con ludoteca
Entrada de balde
En PONTEVEDRA o sábado 15 de setembro ás 11:30 horas no Salón de Actos do PAZO DA CULTURA (rúa Alexandre Bóveda, s/n).
Entrada de balde
Durante o acto haberá servizo de ludoteca para os nenos
ISABEL AZCONA EMA. Nai de 4 fillos, adoptados e non adoptados, traballadora social no ámbito da familia, a infancia e a adolescencia e posgrao en acollemento familiar, adopción e postadopción.
Na actualidade é Secretaria de Cora (Coordinadora de Asociacións en Defensa da Adopción e Acollemento) e coordinadora do Grupo de Traballo sobre Adolescencia tamén é a responsable dos grupos de adolescentes e familias de adolescentes de AFADENA (Asociación de familias adoptivas de Navarra).
Responsable de BATÍA, servizo de Orientación Educativa Familiar especializado en adopción, acollemento familiar e adolescencia.
Para coñecer a Isabel:
Para máis información:
Tel. 610635757
Presidenta: Beatriz Caamaño 629282809
Vicepresidente: Antón Mouriz 665992687
Responsable de comunicación: Juan Gaisse 610447464

martes, 1 de mayo de 2012

Taller escuela y adopción 4 de abril




Os animamos a todos a participar en el taller de Escuela y adopción que realizaremos este viernes. La formación de los profesores es vital para el bienestar de vuestros hijos , así que animad y difundid el taller entre ellos. Estamos convencidos que sois vosotros la familia quien tiene más fuerza para motivar a los profesores de vuestro hijo.

jueves, 19 de abril de 2012

Nos complace invitaros a la charla ofrecida por José Luis Marrodán, este viernes en el Salón de Actos del Colegio Salesianos en A Coruña a las 20,00h. "Las familias adoptivas como tutores de resiliencia".

Estimadas familias:



Nos complace invitaros a la charla ofrecida por José Luis Marrodán, este viernes en el Salón de Actos del Colegio Salesianos en A Coruña a las 20,00h.


Conferencia organizada por el Centro Alén y  la Asociación Manaia.

¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo? Guía para padres adoptivos hijos con trastornos apego

José Luis, a quien conozco personalmente, es un profesional con una trayectoria de práctica y conocimiento muy extensa en el trabajo con niños adoptados y acogidos, autor del libro "No todos los niños vienen con un pan bajo el brazo", y creador del estupendo blog: www.buenostratos.com

Además de ello, es un estupendo dinamizador y formador, así que creo que aprenderemos mucho a su lado.

Os invito a todos a asistir, ya que es la oportunidad de escucharlo en nuestra tierra.

Ponemos a vuestra disposición un servicio de atención a los niños, totalmente gratuito.


Animaros,


Colegio Salesiano : Plaza María Auxiliadora, 7 15003 A Coruña
981 203 550

Un cariñoso saludo a todos.

viernes, 13 de abril de 2012

CAMBIO EN LA FECHA DE INICIO DE LOS TALLERES PARA FAMILIAS ADOPTIVAS.



Debido a la coincidencia en fechas de la charla organizada por la Asociación Menoria y el inicio de los Talleres para Familias Adoptivas del Centro Alén, postponemos el inicio de los mismos para:


EL DÍA 28 DE ABRIL DE 2012
(manteniéndose el horario previsto de 10,00h a 14,00h)

Podeis encontrar información sobre la conferencia que organiza Menoria en su página web.

lunes, 26 de marzo de 2012

Segunda entrega.... "Repensando la adopción"

Seguimos haciendoos llegar las reflexiones que nos surgen sobre los comentado por Beatriz San Román el día nueve de marzo.

  1. Antes o después, las cosas caen por su propio peso y si no se le ha explicado desde el principio que es un niño adoptado, a él le será muy complicado integrar lo que su instinto le dice, percibe y siente, con las contradicciones que encuentra en su día a día, por eso es fundamental crear canales de comunicación muy tempranamente para permitirle expresar todas sus dudas, miedos, preocupaciones, aclaraciones sobre quién es, de dónde viene, porqué...

Serán la base de la construcción de su propia identidad, algo que inician desde bebés a través de la resonancia dialógica con sus referentes primarios, con cómo nosotros nos comunicamos con ellos, y que se hace más cognitivo a partir de los dos años a través de los mensajes verbales y no verbales que le damos al niño (mensajes-tú / mensajes-yo / mensajes incoherentes...), y se inicia a montar esa identidad a partir de los tres...
No deja de construirse nunca, de reconstruirse, revisarse, modificarse, teniendo su momento más intenso y duradero durante la pre-pubertad y la pubertad, etapas de revisión profunda de su identidad, donde el niñ@ debe ya tener unos cimientos coherentes y sólidos donde completar y construir la parte más importante de su estructura de personalidad. Las cosas que duelen hay que sacarlas, hablarlas, porque guardándolas o dejándolas dentro, no se cura esa herida que duele. Se debe aceptar su dolor, legitimizar su dolor, su tristeza, y no tener miedo a que aparezca ese dolor. Reconciliarse con su historia es algo fundamental.


  1. Para sentirse padre/madre hace falta tiempo, igual que para construir una pareja, una amistad, una relación de confianza...

Es el llamado tiempo denso donde se produce un diálogo en el sentido más amplio y extenso de la palabra, un diálogo de sentimientos, de silencios, de miradas, de respeto por mis emociones, sean las que sean, el respeto por sentir y expresar, y devolverle ese silencio, esa mirada, ese grito, esa lágrima, esa rabia re y co-construida de manera que pueda aprender o re-aprender (depende si existió alguna figura de apego y/o resiliencia en su vida) que es posible confiar en el otro, en el adulto, en el compañero de clase, en los otros.

Conocer a los hijos lleva tiempo, e igualmente, que los hijos nos conozcan, también les lleva su tiempo... Somos nosotros como adultos los responsables de regular esos tiempos, sabiendo que el que marca el ritmo será él, ya que la confianza no se puede generar a base de exigencia, normas rígidas, tiempos para construirla (“te doy 11 meses para que confíes en mí” o “en 7 meses tienes que empezar a obedecerme”; es evidente que no se puede imponer desde uno, o desde una relación asimétrica, sino que se construye entre dos, día a día, cada día...), sino que dependerá de muchas cosas que se pueden resumir en (y en tantas otras, pero hoy y ahora, me vienen estas) flexibilidad, respeto –amplio, denso- y amor –incondicional (hagas lo que hagas, pase lo que pase, digas lo que digas).

domingo, 18 de marzo de 2012

Conferencia de Beatriz San Román. "Repensando la adopción"


El pasado día 9 de marzo, tuvimos el placer de compartir la exposición de Beatriz San Román. Fueron muchas las familias allí congregadas, y las que pudieron enriquecer con sus comentarios la charla. A todas ellas nuestro agradecimiento por su presencia.

Os proponemos para todas aquellas que no pudisteis ir o para los que aún yendo, queráis profundizar en ello,  una serie de entradas centradas en lo que la ponente argumentó aquella noche.

Para ello, citaremos lo que Beatriz expuso además de incorporar reflexiones propias que acuden por resonancia con mi experiencia como profesional:


1)    El derecho a adoptar vs. el deseo de adoptar. Es importante clarificar que el derecho es del niño a ser adoptado y el objetivo final es proporcionar a un niño, cuyos padres han fallecido o no lo pueden cuidar por muy diversas razones, una familia donde poder seguir creciendo y desarrollándose en todas las esferas.

Con la adopción el fin último no es cubrir la necesidad de tener un hijo que tiene una familia sino a la inversa, cubrir la necesidad de tener una familia por parte de un niño (cambia mucho la perspectiva que se toma según dónde se ponga el acento). Y esta necesidad se da a diferentes niveles: nivel personal, emocional, social, familiar y académico .
Si bien la última me parece la menos importante de las cinco  por eso la dejo para el final, y sin embargo puedo observar en mi trabajo diario, como el bajo rendimiento académico se convierte en una gran preocupación y factor de estrés y frustración para las familias (incluyo a adultos y niños) .  Pero aún así debemos insistir en que  si las cuatro anteriores no están cubiertas (el nivel personal, el emocional, el social y el familiar de pertenencia) , satisfechas, equilibradas, la autorregulación necesaria que proporcionan en su conjunto no podrá habilitar al niño para gestionarse en un aula, ni autogestionar las habilidades mínimas necesarias para poder atender, seguir instrucciones, dejarse “invadir” por estímulos irrelevantes, los mínimos necesarios para aprender (que no olvidemos depende de un “complejo baile” de funciones cognitivas).


Con respecto a las dificultades en la escuela primaria, hay una frase atribuída a J. Piaget (en Reichert, 2009) que dice que en este periodo (de los 6 a los 12 años), la motivación para el desarrollo y la actualización de la capacidad intelectual es tan grande que, de existir desinterés o fallos en el desempeño escolar, es que algo debe ir mal o con la escuela o con los padres del niño.


2)    Una vez pasada la tan conocida “luna de miel” entre los papás y los hijos, que es variable, más o menos larga, surgen las primeras dificultades cuando observamos que nuestros chicos tienen un manejo emocional muy pobre y sus comportamientos muy descontextualizados y pobremente regulados,  

...consecuencia de los afectos derivados del marco educativo y familiar donde los queremos acoger y acompañar, que dan lugar, al no haber tenido un marco previo (o tenerlo pero distorsionado) ni ninguna persona que se lo pudiera ofrecer. La mamá más frecuentemente pero cualquier persona que se ocupara de forma permanente y consistente de él en primer momento, es el primer elemento autorregulador de Todo Niño, externo, hasta que él niño lo va interiorizando y es gracias a ese cuidador primario como empieza a construir  la representación de sí mismo, de los otros y del mundo que Bowlby conceptualizada como Modelo Interno de Trabajo.
Según este sea positivo o no, se desarrollará (o no) la confianza básica, un autoconcepto ajustado a la realidad, la confianza derivada de la autonomía que le ofrezcamos, el reconocimiento y expresión de emociones... base de la futura empatía y futura autorregulación (e inteligencia) emocional –fundamental para poder autogestionarse como persona del mundo en el futuro.

Es evidente que esto es necesario tenerlo en cuenta cuando sabemos (o intuimos por sus reacciones) que no han tenido la oportunidad o no han sabido como enseñarle a gestionar lo que siente, porqué lo siente, cómo puede apaciguar y dar sentido a todo ese universo de sensaciones internas..., a un abanico de respuestas complicadas de asumir y entender, consecuentes a una muy pobre tolerancia a la frustración y una mínima autorregulación emocional, donde la ira, las explosiones de rabia (sin motivo aparente correlativo en cuanto a su intensidad y a su duración), las sensaciones de tristeza, dolor, angustia... se mezclan y campan a sus anchas sin que el chic@ pueda tener un conocimiento consciente sobre su control y manejo.

Esto nos permite saber que no debemos hacerle responsable ni es él el culpable de que esto ocurra, ya que la autorregulación personal no está genéticamente determinado como los reflejos, el color de ojos o pelo, la comunicación y el lenguaje o el aprender a gatear y andar, sino que es “construido”, a través de la relación con un otro significativo –padres, familiares, educadores...-, de afuera hacia adentro, es decir, el otro es el que le enseña a modular sus emociones, a ponerles nombre, a identificarlas en si mismo, a ser capaz de reconocerlas en los otros, a saber qué puede estar detrás de cada emoción y porqué se manifiesta así, a cómo reducir su intensidad y su duración... a través del contacto, de la comunicación constante y afectiva, desde la paciencia y el amor –incondicional-, y desde su manera de actuar, que es el principal continente/contenedor de las emociones de sus hijos –sin olvidar que es muy difícil que un adulto enseñe a su hijo a controlar sus enfados si él mismo no es capaz de controlar los suyos propios y tiene momentos en los que se desborda, rompiendo esa ecuación intensidad-gravedad de la situación en la que es muy importante mantener el equilibrio –en función de cada niño-.

Se me ocurre, a modo de ejemplo, el cuando pierdo los papeles porque se le cae a mi hijo un vaso al suelo / mancha una pared / ensucia su pantalón / trae una nota de que no ha hecho esto o lo otro en el cole, etc. –situaciones de mínima-nula gravedad en términos de supervivencia básica –aunque entiendo que sí molestas porque tengo que barrerlo, limpiarlo, poner otra lavadora, o justificarle al profesor y tragarme mi orgullo... pero donde nadie corre ningún tipo de peligro, no atenta contra la libertad del otro ni afecta de manera negativa para el desarrollo suyo o de su entorno. Estos me parecen tres indicadores que nos puede ayudar a ajustar nuestras reacciones a la gravedad de las situaciones.

Me parece algo fundamental que el niño aprenda las cosas por experiencia directa y conociendo el porqué y sus consecuencias, y no que consigamos que se comporte y actúe por miedo, miedo al castigo, a la autoridad o la punición (verbal o física). Creo que todo esto lo resume muy bien la siguiente frase de H. Maturana (2006) donde dice que el “emocionarse” no puede ser enseñado; es asimilado por experiencia directa. Y ese “ emocionarse” se debe “lenguajear”  con el otro, para cambiar como nos afectan, como las sentimos... De esta tarea, es responsable todo padre y madre para con su hijo, legitimando todo su hacer, ser y sentir. 

Eduardo Barca. Psicoterapeuta infantil Centro Alén.

jueves, 19 de enero de 2012

SOBRE LAS HISTORIAS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

 

Me quiero acercar a los padres y madres adoptivos desde la admiración y el respeto que me produce el pensar en todos los procesos  por los que pasáis para ofrecer lo mejor de vosotros a vuestros niños a quienes, en mayor o menor medida, habéis conocido con la función de sus vidas ya comenzada.

Si ya de por sí  puede ser duro el admitir las historias de vuestros hijos e hijas que a veces  vienen acompañadas de abandono o maltrato, me imagino lo difícil que puede resultar el hecho de hablarles de ellas. Con el fin de proteger y evitar dolor a los niños, podéis decidir “no saber” o dejar en el lado “de lo que se calla” algunos de los capítulos sus vidas, intentando sofocar emociones que, al no expresarse, pueden provocar confusión y  manifestarse como síntomas.

Más allá del hecho de  revelar o no información como algo puntual,  el acompañar a vuestros niños en el camino de recomponer y entender su historia, es un proceso lleno de matices y emociones por el que será inevitable caminar.

Os invito a reflexionar sobre algunas de las razones, que pueden  llevaros a los padres y madres a posicionaros de una u otra forma:

 Las creencias que todos tenemos sobre cuestiones como qué información es adecuado compartir o no con otras personas, o sobre cuál es la manera correcta de afrontar las dificultades (si es bueno o no el mirar atrás, si hay que resolver los problemas individualmente o lo contrario,…), creencias sobre si es adecuado hablar de emociones o si aceptamos determinadas costumbres de otras culturas o grupos sociales de los que  provienen vuestros hijos e hijas, … nos dirigen de forma inconsciente hacia una u otra postura.

Tenemos también unas ideas previas sobre la manera de educar a los niños y niñas y sobre las necesidades de la infancia y su desarrollo, que en alguna medida determinarán la manera en se es padre o madre. Jose Luis Gonzalo, en su libro “¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo?”, nos habla del “auto-referencial”, como “el conjunto de creencias, vivencias, experiencias… que tendemos a repetir convencidos de que producirán el mismo efecto que se produjo con anterioridad” y que en el caso de los padres y madres adoptivos, sería el aplicar sus propias experiencias de vida en la comprensión de qué le sucede y qué necesita su hijo o hija.

Ser padre o madre adoptivo, presenta el reto de cuestionarse este auto-referencial, para adaptarlo a unos niños y niñas que han pasado por realidades complicadas, con lo que tendrán también una sensibilidad especial y necesidades concretas, como con lo relacionado con la comprensión de su historia y realidad familiar .

Hay más elementos que pueden influir porque comenzar a revelar, a veces supone enfrentarse a duelos personales, que pueden suponer emociones como rabia, miedo o dolor: la existencia de pérdidas anteriores sin asumir, el miedo a ser rechazados, la aceptación del desconocimiento sobre la biología de los niños, el proceso pasado para la adopción, los habituales sentimientos de culpa. Enfrentarse y elaborar estas vivencias y emociones puede tener un efecto reparador.

Así, vemos como en la decisión de qué tratar con los niños, puede haber múltiples razones más y menos evidentes. Creo que es bueno pararse a considerar las de cada uno, a ponerles nombre e incorporarlas en la posición a tomar, para hacerlo desde la conciencia.  Puede ayudar el preguntarse sobre qué es lo que  preocupa de “lo que se calla”: qué sentimientos genera, qué temores, con qué tabúes se relaciona,… o  sobre qué heridas sin curar está haciendo daño porque, seguro que casi todo padre y madre adoptivo han tenido la tentación de no querer saber, o de no querer contar.

Estas reflexiones nos incumben también a los psicoterapeutas que participamos en estos procesos. Primero porque como personas, tenemos  creencias poco conscientes que debemos de identificar y contrarrestar con conocimiento, pero también porque tenemos que ser sensibles a las razones que subyacen en los padres y madres y a sus construcciones de la realidad, para facilitarles el camino y llenarlos de motivos para amar a sus hijos con todo su pasado y todas sus singularidades.

Estos motivos para hablar con los niños y niñas y las recompensas por hacerlo, son más poderosos que las dificultades que haya que superar. Se trata de integrar el pasado para acompañar mejor en el presente y en el futuro, y se trata de construir la identidad de  los niños y de la familia desde una base de verdad, facilitando que las relaciones sean  de confianza y tengan coherencia.
Cuando en la familia hay secretos, los niños pueden notar que hay algo extraño y generar sentimientos de desconfianza o comportamientos para poner a prueba las reacciones de la  familia. Es posible que debido a sus experiencias tempranas  tengan una sensibilidad especial a cualquier gesto que implique aceptación o rechazo. Es precisamente el establecimiento de una relación confiable y afectiva, el mejor medio para ayudarles a resiliar sus carencias  o experiencias, dándoles sentido y significado.
Si un niño o una niña, percibe que el tema de su origen e historia no es bien aceptado o que provoca rechazo (y recordemos su sensibilidad a las reacciones en sus papás), puede ir dejándolo de lado y sufrir las consecuencias de que sea su propia imaginación quien se encargue de responder a sus dudas y de ordenar sus confusos recuerdos. Cyrulnik , nos habla de cómo es más terrible lo imaginario que lo real, porque lo real tiene un punto de esperanza que puede dar al niño la ocasión de representarse lo que ha sucedido y darle un sentido. Nos explica en  “El murmullo de los fantasmas”, como precisamente es el dotar de significado y dirección a las experiencias, una de las claves en los procesos de resiliencia.
Es importante que no quede en el terreno de la imaginación de los niños cuestiones  como su abandono, porque es allí donde más daño le puede hacer. Todos los niños se hacen preguntas como: “¿Qué quieren mis papás de mí?”, pero si la pregunta que se hace un niño es: “¿Qué es lo que no quisieron de mí?,  o: “¿A mí, por qué me abandonaron?”, serán esas figuras confiables quienes puedan ayudarle a aceptar los hechos de su historia y ponerle nombre a las emociones que le genere, dando coherencia y continuidad al resto de acontecimientos de su vida, para poder aceptar su realidad.
Puede haber  más pensamientos que asalten la imaginación de un niño o niña con vivencias de negligencia o abandono (relacionados con atribuirse culpas, miedo a que se repitan hechos traumáticos, pensamientos sobre la inconsistencia de las relaciones familiares,…) y que  si no se desmontan, les pueden  causar sufrimiento a ellos y a sus familiares quienes pueden  interpretar erróneamente lo que le esté pasando al niño porque sus señales sean poco claras. Es de nuevo a través de esta relación de seguridad y permanencia, como pueden lograr reinterpretar sus vivencias, transformándolas en elementos de fortaleza.
Hay más razones para ayudar a los niños y niñas a resignificar  sus experiencias pasadas: su importancia para la constitución de su identidad, sus consecuencias en el sentimiento de pertenencia y  permanencia en su familia adoptiva, la posibilidad para incorporar en la memoria de la familia a aquellas personas o momentos del pasado que fueron significativas para los niños,…  y ofrece la posibilidad a los padres y madres de comunicarse en mayor sintonía con los niños, interpretando sus limitaciones cuando las haya, pero siendo al mismo tiempo el sostén para superarlas.
Sé que para los padres adoptivos de los niños y niñas que lo han tenido más difícil, puede ser complejo y que en algunas ocasiones, necesitarán de ayuda profesional, pero también que todas las experiencias favorables que les hacéis experimentar  a vuestros hijos e hijas, les estarán ayudando a transformar los hechos dolorosos en recuerdo, y la fragilidad en fortaleza (sentirse escuchado, comprobar como continuáis con ellos día tras día, como valoráis sus avances…). Revelar y aceptar es una actitud, y es bueno que la información y aprobación, se incorporen de manera natural en la vida de los niños desde los primeros momentos.
Nos encantará leer vuestros comentarios y opiniones sobre estos temas, porque nunca dejamos de aprender de vuestra experiencia. Os adelanto que haré otra entrada en el blog como continuación de ésta, para que reflexionemos  sobre cómo y cuándo hablar con los niños, porque compruebo en el día a día como genera dudas e inseguridad. 

Laura Fariña. Psicoterapeuta familiar Centro Alén